Los secretos de la buena poda

Los maestros de la poda de árboles en Bizkaia saben que, en líneas generales, el mejor momento para podar es antes de que aparezcan las primeras hojas. Por tanto, lo común es realizar las podas en invierno, ya que las heridas generadas cicatrizarán mucho más rápido y evitaremos la aparición de enfermedades. Eso sí, independientemente de que el objeto sea un árbol ornamental o frutal, como un arbusto o rosal, la época más recomendada para realizar la poda es el final del invierno para evitar los fríos más crudos. 

Por supuesto, el período de año en que resulte más recomendable podar también dependerá del tipo de árbol o arbusto que nos encontremos. En la poda del naranjo, por ejemplo, la mejor época es la primavera. No olvidemos que la naranja es una fruta de temporada invernal. 

Y, ahora, ¡al lío! ¿Qué beneficios aporta una buena poda? Para empezar, el objetivo de esta actividad es la eliminación de partes de un árbol o arbusto, sirviendo como apoyo a la naturaleza, pues mejora la calidad y desarrollo del fruto y flor de la planta, pero también regula la cantidad de frutos que esta genera.  Además, una buena poda ayuda a que las ramas se esparzan adecuada y equilibradamente, evitando que el árbol se caiga o se partan sus ramas. 

Por otro lado, estética y salud van de la mano en el arte de la poda, pues además de mejorar el aspecto del árbol, evita deformaciones y la aparición de hongos que pueden dañar seriamente la estructura de la planta.  

Sin embargo, la poda también sirve de apoyo a la agricultura. Es el caso de la poda de fructificación. En este punto, la diferencia entre una buena y una mala poda se traduce en términos de productividad. De hacerlo de forma incorrecta, se corren riesgos de que el árbol no dé frutos. Para evitarlo, los especialistas en poda de árboles en Bizkaia han de identificar y tener los conocimiento suficientes sobre cuáles son los órganos sobre los que se asienta la fruta en cuestión. 

Dichos órganos, conocidos en el mundo de la poda como "dardos", son la yema de la flor. Las brindillas, en cambio, son más largas que los dardos y también presentan yemas, por lo que no serán podadas, sino aclaradas en caso de que presente demasiados brotes. 

En Arbotek contamos con los mejores especialistas en el trabajo con los árboles, empleando los criterios de poda más actuales tanto en terrenos públicos como privados. ¡Conócenos!