Todo frutal necesita un mantenimiento y una poda de árboles en Bizkaia. En el norte es típico encontrar cítricos, sobre todo, naranjos. La leyenda dice que los trajeron para combatir algunas enfermedades como el escorbuto, por su alto contenido en vitamina C, pero probablemente ya existiesen.
Los cítricos, como norma general, no se pueden podar hasta dos o tres años después de haberlos plantado porque durante ese tiempo apenas crecen y desarrollan sus raíces. Después, se hace una poda de árboles en Bizkaia de los llamados chupones que van naciendo de forma vertical.
Uno de los dilemas que nos encontramos con este tipo de frutales es la época en que debemos podar. Su hoja es perenne, por lo que su savia está alta durante todo el año. Lo lógico es ir cortando las ramas a lo largo de los doce meses del año. En caso de realizar una eliminación más exhaustiva, es aconsejable hacerla durante los meses de enero y febrero, junio y julio; nunca durante las brotaciones o la recolección.
Cuando el árbol tiene vitalidad y es frondoso se deben efectuar unos cortes más suaves. En cambio, si está débil tiene que hacerse una limpieza más extrema, para que con el tiempo tome más fuerza y energía.
Siempre se debe empezar el trabajo por las ramas que tienen poco uso, normalmente, las que salen para arriba. Las que están más secas se quitan, ya que no nos aseguran ningún fruto. Por último, las entrelazadas que molestan para crecer. La copa tiene que estar equilibrada.
Si el cítrico no está sano es mejor no podarlo porque no tiene ningún sentido. La solución es talarlo y plantar uno nuevo.
Cuando quitemos ramas hay que quitarlas enteras, no hay que dejar ningún muñón.
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